Ha llegado el Adviento, etapa en la que nos preparamos para la venida de Jesús. La preparación es algo muy importante ya que es el momento de planear y planificar aquello que tenemos pensado para que todo salga bien.
Soy una planificadora nata, me gusta llevar las cosas muy estudiadas y trabajadas antes de llevarlas a cabo: una clase, una conversación difícil, un viaje... es la mejor manera de asegurarse de que todo va a salir tal y como se ha planeado. Lo cierto es que siempre surgen imprevistos, pero el ser previsor y resolutivo te hace llegar a tu objetivo.
Ser precavido, valorar alternativas, reconocer tus puntos débiles y fuertes, te hace ser más eficaz y seguro.
Cuando tienes una prueba difícil que superar, no puedes ampararte en la suerte o el azar. Todo tiene que estar escrupulosamente medido y estudiado para obtener el mejor resultado.
Preparemos también nuestro corazón y nuestro espíritu para la llegada de la persona que dio su vida por nosotros. Que la Navidad no sea solo el momento la comida y los ostentosos regalos de Reyes. Al igual que planificamos ese precioso viaje o momento inolvidable, preparémonos para abrir y ofrecer nuestro corazón para la Navidad.
Feliz domingo.