La educación pública, pilar esencial para la equidad social y el desarrollo sostenible, atraviesa una crisis profunda en Linares. Las decisiones o la alarmante falta de ellas  por parte del Ayuntamiento de Linares y la Junta de Andalucía evidencian una preocupante desatención institucional hacia un derecho fundamental. La ciudadanía observa con creciente inquietud cómo se desmoronan las bases de un sistema educativo que debería ser garante de igualdad de oportunidades.

La reducción de la ratio escolar, lejos de equilibrar el mapa educativo, ha golpeado con fuerza a los centros públicos. Escuelas como Colón, Europa, Andalucía y Tetuán han sufrido la supresión de aulas, mientras que los centros concertados mantienen sus conciertos y líneas dobles intactas. Esta asimetría revela una política que favorece lo privado en detrimento de lo público, debilitando la red que sostiene a la mayoría de las familias.

El Centro de Educación de Adultos Paulo Freire sigue esperando la instalación del ascensor prometido. Con el curso ya finalizado, la falta de respuesta institucional no solo incumple un compromiso, sino que vulnera la dignidad de un alumnado que merece condiciones de accesibilidad adecuadas. La indiferencia ante esta necesidad básica es un reflejo de la desconexión entre los responsables políticos y la realidad educativa.

Han pasado más de nueve meses desde el derrumbe del techo del comedor escolar del CEIP Andalucía. A día de hoy, no existe un calendario claro para su rehabilitación. Esta omisión pone en riesgo la seguridad de la comunidad educativa y demuestra una alarmante falta de planificación y sensibilidad hacia los entornos escolares.

La moción aprobada por unanimidad para iniciar las obras de un nuevo instituto en Santa Engracia permanece estancada. El Ayuntamiento se limita a declarar que “únicamente se había comprometido a la liberación de los terrenos”, sin que se haya dado ningún paso concreto más de un año y medio después. La inacción perpetúa la carencia de infraestructuras educativas adecuadas y retrasa el acceso a una educación de calidad.

La cancelación de los grados de Ingeniería Biomédica e Inteligencia Artificial en la Escuela Politécnica de Linares y la Universidad de Jaén, con argumentos poco sólidos, para favorecer a una universidad privada, es una decisión que hiere profundamente el tejido académico local. Esta medida no solo limita las opciones formativas de los jóvenes, sino que refuerza una tendencia preocupante de privatización del conocimiento.

La acumulación de estos hechos no puede interpretarse como meras negligencias aisladas. Se trata de una política sistemática de abandono que pone en entredicho el compromiso del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía con la educación pública. La comunidad educativa de Linares exige una actuación urgente, transparente y responsable que garantice sus derechos y dignifique el sistema educativo.

La educación no puede seguir siendo la gran olvidada. Es hora de que las instituciones cumplan su papel y devuelvan a Linares la confianza en un futuro construido desde las aulas.